Los siguientes ejercicios de rehabilitación se prescriben comúnmente
a personas que se recuperan de reemplazos de rodilla y cadera, lo que
se conoce clínicamente como artroplastia total de rodilla (ATR) o
artroplastia total de cadera (ATC). Estos ejercicios están diseñados
para realizarse en varias etapas de su recuperación y se realizan
acostado, sentado o de pie.
Antes de realizar cualquiera de estos ejercicios, deberá hablar con
su cirujano y su fisioterapeuta para asegurarse de que sean seguros
para usted. El aporte de su equipo médico es imprescindible para
asegurarse de que su nueva articulación sane correctamente y de que su
fuerza y movilidad progresen adecuadamente. Si se está preparando
para un reemplazo de cadera o rodilla, lo siguiente puede darle una
idea del tipo de ejercicio que podría realizar después de la cirugía.
- Bombas de tobillo: mueva los tobillos apuntando los dedos de
los pies hacia la cabeza y luego alejándolos de la
cabeza.2,3
- Juegos de cuádriceps: acuéstese boca
arriba con las piernas estiradas. Apriete los músculos de la parte
superior del muslo tanto como pueda. Puede resultar útil imaginarse
presionando la parte posterior de las rodillas contra la cama o el
suelo. Mantenga durante 5 a 10 segundos, luego
relájese.2,3
- Conjuntos de glúteos: acuéstese boca
arriba con las piernas estiradas. Apriete los músculos de los
glúteos tanto como pueda. Mantén la posición de 5 a 10 segundos y
luego relájate.2
- Extensiones de rodilla:
acuéstese boca arriba con las piernas estiradas y una pequeña toalla
enrollada debajo del tobillo en el lado afectado (su talón debe
flotar fuera de la cama o del piso). Apriete los músculos de la
parte superior del muslo e intente estirar la rodilla lo más
posible. Mantenga durante 5 a 10 segundos, luego
relájese.2,3
- Levantamiento de piernas estiradas:
acuéstese boca arriba con las piernas estiradas. Primero, activa tu
núcleo contrayendo suavemente tus abdominales. Luego, apriete los
músculos de la parte superior del muslo, luego levante la pierna
afectada entre 6 y 8 pulgadas de la cama o el piso. Trate de
mantener la rodilla recta y quieta.2,3
- Deslizamiento del talón: acuéstese boca arriba con las piernas
estiradas. Primero, activa tu núcleo contrayendo suavemente tus
abdominales. Luego deslice el talón hacia la parte inferior,
doblando la rodilla lo más que pueda. Asegúrate de que los dedos de
los pies y la rodilla apunten hacia el techo (no dejes que rueden
hacia adentro o hacia afuera).3
- Abducción de
cadera: acuéstese boca arriba con las piernas estiradas. Primero,
activa tu núcleo contrayendo suavemente tus abdominales. Luego,
deslice la pierna hacia un lado lo más que pueda, como si abriera
una puerta. Asegúrate de que los dedos de los pies y la rodilla
apunten hacia el techo (no dejes que rueden hacia adentro o hacia
afuera)..2
- Flexión de rodilla sentado: siéntese en
una silla con los pies en el suelo. Levanta el pie y estira la
rodilla tanto como puedas. Sostenga durante 3 a 5 segundos en la
parte superior, luego baje el pie hacia el suelo, colocándolo lo más
cerca posible de usted. También puedes aumentar la flexión de la
rodilla en la parte inferior manteniendo el pie en el piso y
moviendo las caderas hacia adelante lo más que
puedas.3
- Elevación de rodillas de pie: sostenga
una encimera o mesa resistente para apoyarse en una posición de pie.
Primero, activa tu núcleo contrayendo suavemente tus abdominales.
Luego levante la rodilla en el aire. Trata de que la rodilla esté al
nivel de tu cintura.2
- Abducción de cadera de
pie: sostenga un mostrador o una mesa resistente para apoyarse en
una posición de pie. Primero, activa tu núcleo contrayendo
suavemente tus abdominales. Luego levante la pierna hacia un lado lo
más que pueda. Mantén la rodilla recta, los dedos de los pies
apuntando hacia adelante y la parte superior del cuerpo
quieta.2
Además de los ejercicios anteriores, la caminata diaria también
juega un papel importante en la curación de las
articulaciones.3,4 En las primeras etapas, es posible que
deba usar un dispositivo de asistencia, como un bastón o un andador,
para ayudarlo a controlar el dolor y la mantenga su seguridad. Su
médico podrá decirle cuánto peso puede poner en su nueva articulación.
Lo más probable es que su cirujano o fisioterapeuta le recomiende
que realice estos ejercicios o alternativas (en ambas piernas) de 10 a
15 veces y al menos de dos a tres veces al día. Sin embargo, las
recomendaciones específicas para usted dependerán de varios factores,
incluida su edad, estado general de salud, tipo de cirugía y etapa de recuperación.
Sus ejercicios de recuperación no están destinados a causar un gran
aumento de su dolor. Si lo están, esto puede ser una señal de que
necesita que se modifiquen o de que es posible que deba cambiar su
técnica. En caso de duda, consulte con su equipo médico. Están ahí
para guiarlo en la dirección correcta durante su recuperación.
Su capacidad para seguir con sus ejercicios de rehabilitación
mientras se recupera puede tener un gran impacto en el éxito de su
cirugía. No hay nada mágico en los ejercicios que su médico o
fisioterapeuta le recetará después de que le reemplacen la rodilla o
la cadera. Son simples por diseño y están pensados para realizarse
de manera consistente. Al igual que cepillarse los dientes, hacer los
ejercicios según lo prescrito le ayudará a obtener el máximo beneficio
de ellos.
Hay varios factores que influyen en el éxito o el fracaso del
reemplazo articular; el movimiento apropiado después de la cirugía
es importante.